EL BESO DE JUDAS. GIOTTO,
Se denomina Evangelio de
Judas a un texto utilizado, según testimonios de los Padres de la Iglesia, por la secta gnóstica
de los cainitas.
Fue compuesto durante el siglo II alrededor de los años 130-150 D.C.[] Este evangelio se creía
desaparecido, pero durante los años 1970
fue hallado en Egipto
el códice
Tchacos copto del siglo IV (supuestamente traducción de
un original griego del cual no se conserva ningún ejemplar)
en el que aparece un texto que parece corresponder al Evangelio de Judas
mencionado en la literatura cristiana primitiva.[ En 2006 la organización National Geographic Society hizo público
su trabajo de restauración y traducción del manuscrito. También en ese mismo
año la organización National Geographic Society elaboró un video documental
titulado "The Gospel of Judas" (El Evangelio de Judas).[
En el texto se hace una
valoración positiva de la figura del apóstol Judas
Iscariote, que en los cuatro evangelios
canónicos es considerado como traidor a Jesús. Según este evangelio gnóstico,
Iscariote fue su discípulo favorito, y si entregó a su maestro a las
autoridades romanas fue en cumplimiento de un plan previsto por el propio
Jesús.
En el año 2007, tras revisar
una transcripción del manuscrito, la biblista April D. DeConick, profesora de
la Universidad Rice (Estados Unidos), rechaza esa
interpretación argumentando errores de traducción.
El 21 de marzo de 2008 el experto en copto Marvin Meyer, que formó parte del
equipo de traducción de National Geographic, rebate las conclusiones de De Conick
defendiendo la traducción original con base en otros textos gnósticos.[
El texto del Evangelio de
Judas es un relato de unas doscientas cincuenta líneas, cuya traducción a un
idioma moderno contrasta con los extensos relatos evangélicos porque sólo
insume alrededor de siete páginas. Se encuentra en un códice de 66 páginas, más
de un tercio del cual es ilegible, y que contiene otras tres obras. Dos de
ellas (el Primer
Apocalipsis de Santiago, y la Epístola a Felipe,
atribuida a San Pedro) son obras gnósticas ya conocidas por
los hallazgos de Nag Hammadi. La tercera es un fragmento de un
texto desconocido, titulado provisionalmente Libro de Alógenes.[ Todos los textos están escritos en el dialecto
sahídico del idioma copto, aunque es una
traducción de un original griego. Mediante varios métodos, entre ellos el del carbono-14,
el códice ha sido datado entre los años 220 y 340.
El papiro
se encuentra muy deteriorado: algunas partes del texto se han perdido y otras
se conservan sólo fragmentariamente. Veintiséis de las 66 páginas corresponden
al así denominado Evangelio de Judas. La parte que ha podido ser traducida
comienza indicando que se trata de las revelaciones que Jesús hizo a Judas
Iscariote, en conversación privada, tres días antes de la Pascua. Escrito en
tercera persona, el texto es un diálogo entre Jesús y sus discípulos,
especialmente Judas, que aparece como el discípulo favorito de Jesús. Según
este evangelio, Judas entregó a su maestro a los romanos siguiendo órdenes del
propio Jesús, quien profetizó: "Tú serás el decimotercero, y serás
maldito por generaciones, y vendrás para reinar sobre ellos" (página
47 del manuscrito).
El Jesús que presenta este evangelio
es desenfadado. Mientras en los evangelios canónicos Jesús de Nazareth nunca es
presentado riendo y menos con malicia, en el texto gnóstico el personaje
llamado Jesús se ríe con frecuencia de los malentendidos de los demás
discípulos y de su devoción, a la que pretende superficial. En particular, se
ríe de modo sardónico mofándose de la ignorancia ajena. Los apóstoles y
discípulos se ponen furiosos al ver que este Jesús se burla de ellos; todos,
menos el otro protagonista denominado Judas, que responde al primero, "Yo
tengo conocimiento de quién eres tú y de dónde vienes. Tú vienes del inmortal
reino de Barbelo." En los antiguos textos gnósticos, Barbelo es la
Divina Madre de todo y la prudente previsión o lógos que posee el Uno
Infinito.
Debido al "conocimiento" (gnosis,
en griego) de Judas, acerca de que Jesús viene desde "el inmortal reino de
Barbelo", a Judas se le promete una revelación "referida a
secretos que ninguna otra persona ha conocido nunca". La inversión de
la relación tradicional entre Jesús y Judas que plantea el texto es que Jesús
le está agradecido a Judas y lo elogia: “Tú los superarás a todos ellos.
Porque tú sacrificarás el hombre que me reviste (...). La estrella que indica
el camino es tu estrella.” (n. 56-57). La última parte de la
"revelación" que el "Jesús" gnóstico brinda a Judas es la
siguiente. Los paréntesis rectos indican lagunas del texto; es de notar la
referencia a "Cristo" y el lugar atribuido al mismo en el universo:
La multitud de aquellos
inmortales es denominada cosmos -que significa perdición- por el Padre y las 72
luminarias que están con el Autogenerado y sus 72 eones. En El apareció el
primer humano con sus poderes incorruptibles. Y el Eón entonces apareció con su
generación, en quien la nube de conocimiento y el ángel es llamado El. [...]
eón [...] después de eso [...] dijo, hagamos que doce ángeles adquieran
realidad para gobernar sobre el caos y el mundo subterráneo. Y héte aquí, que
desde la nube emergió un angel con destellos de fuego en su faz y sucio de
sangre en su apariencia. Su nombre era Nebro, que significa Rebelde; otros le
llaman Yaldabaoth. Otro ángel, Saklas, también salió de la nube. En esto, Nebro
creó seis ángeles y lo mismo hizo Saklas, para que fuesen sus asistentes, lo
cual produjo 12 ángeles en los cielos, y cada uno recibió una porción de los
cielos. Los doce soberanos hablaron a los doce ángeles [...] el primero es
Seth, quien es llamado Cristo. El segundo es Harmathoth. El tercero es Galila.
El cuarto es Yobel. El quinto es Adonaios. Estos son los cinco que gobiernan
sobre el mundo subterráneo, y ante todo sobre todo caos.
Los críticos de este evangelio apócrifo señalan que dicho documento
nunca perteneció al canon bíblico puesto que no fue aprobado por la
iglesia primitiva desde sus comienzos dado a
que esta era la comunidad que conocía con certeza los libros que tenían la
autoría apostólica.
FUENTES:
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