domingo, 16 de agosto de 2015

PULSO ESPIRITUAL E IDEOLÓGICO: Una Revista Teosófica muy singular.


El Nuevo Ciclo – H. P. Blavatsky
(Le Cycle Nouveau, Le Revue Theosophique, marzo 1889)

   No podemos estrenar este primer número de una Revista Teosófica oficial y rigurosa sin presentar a nuestros lectores alguna información que nos parece esencial. En efecto, las ideas que hasta la fecha se tienen acerca de la llamada Sociedad Teosófica en la India, son tan varias y vagas, que hasta muchos de nuestros miembros tienen, al respecto, opiniones muy erróneas. Nada puede mostrar, de manera más convincente, la necesidad de hacer notorias las metas que nos proponemos en una revista dedicada, exclusivamente, a la Teosofía. Además: antes de pedir a nuestros lectores que se interesen por ella o que emprendan su estudio, deben recibir algunas explicaciones preliminares.
   ¿Qué es la Teosofía? Desde el principio se nos pregunta: ¿por qué usar un nombre tan rimbombante? Cuando contestamos que la Teosofía es Sabiduría Divina o Sabiduría de los Dioses (Theos-Sophia), más que de un Dios, se nos endilga una objeción aún más extraña: “¿Entonces, no sois Buddhistas? Aunque ya sabemos que los Buddhistas no creen ni en uno, ni en muchos dioses […]”
   Nada podría ser más correcto. En primer lugar: no somos más Buddhistas que cristianos, musulmanes, judíos, zoroastrianos o brahmanes. Además: en lo que atañe a la cuestión de los Dioses, nos atenemos al método esotérico de Hyponia, que Amonio Saccas enseñó; es decir: el significado oculto del término. ¿Acaso Aristóteles no dijo que: “La Esencia Divina que penetra a la naturaleza y que se difunde en todo el Universo (que es infinito) y que las masas llaman Dioses, es simplemente […] los principios primeros?”—en otras palabras, las fuerzas creadoras de la Naturaleza. El hecho de que los filósofos buddhistas admitan y conozcan la naturaleza de estas fuerzas, tan bien como cualquier otro, no implica que la Sociedad Teosófica, como tal, sea buddhista.
   La Sociedad, en su calidad de corporación abstracta, no cree en nada, no acepta nada y no enseña nada. La Sociedad en sí, no puede, ni debe tener alguna religión; ya que las contiene todas. Al fin y al cabo, los cultos son sólo vehículos externos, formas más o menos materiales que contienen, más o menos, la esencia de la Verdad Universal Una. La Teosofía, en su naturaleza esencial, es la ciencia tanto espiritual como física de esta Verdad, la verdadera esencia de la búsqueda deísta y filosófica. La Sociedad Teosófica, como representante visible de la Verdad universal, no puede ser fanática, no puede tener preferencias o ser más parcial que una sociedad antropológica o geográfica; pues la Verdad Universal contiene todas las religiones y filosofías y, cada una de ellas contiene, a su vez, una porción de dicha Verdad. ¿Acaso le interesa, a una sociedad antropológica o geográfica, a cuál religión pertenecen sus exploradores, siempre que cada uno de sus miembros cumpla con valor su deber?

Nota: H. Blavatsky ha escrito muchos libros trascendentales, entre ellos "Isis sin velo", en 4 tomos. Son fuera de serie.