miércoles, 4 de mayo de 2016

La misteriosa existencia de los Sumerios


    Los Sumerios fueron habitantes de Sumeria, antigua región del Oriente Medio que formaba la parte sur de la antigua Mesopotamia, entre las planicies aluviales de los ríos Éufrates y Tigris. La región de Mesopotamia, nombre griego que significa “Entre los ríos”, comprendía distintas regiones como Sumeria al sur, Acad en el centro y Asiria en el norte. De acuerdo a las investigaciones, en la Baja Mesopotamia existieron asentamientos humanos desde el período Neolítico (6700- 6500 AEC) y Calcolítico (5500 – 5000 AEC),  El Obeid (5000 – 4000 AEC), Uruk (4000 – 3200 AEC) y Yemdet Nasr (3200 – 3000 AEC).

    En muchas ciudades de esta civilización, se han hallado objetos y documentos antiguos que testimonian las huellas de un pasado remoto sorprendente. La civilización sumeria está considerada como la primera y más antigua civilización del mundo, aceptado así por la arqueología moderna y oficial. Sin embargo, la procedencia de sus habitantes, los sumerios, es incierta y existen numerosas hipótesis. El término “sumerio” también se aplica a todos los hablantes de la lengua sumeria. En la lengua sumeria esta región era denominada Kengi (ki), equivalente al acadio mat Sumeri, esto es, la «tierra de Súmer».

    El nombre “sumerio” fue dado por los semitas acadios quienes serían los sucesores en términos históricos de los Sumerios, pero aún se desconoce porque los Acadios llamaron a estas tierras Shumeru.  Los Sumerios se hacían llamar a sí mismos sag-giga que significa literalmente “el pueblo de cabezas negras”. De acuerdo al historiador babilonio Beroso, los sumerios fueron “extranjeros de caras negras”; al emplear el término “extranjero”, Beroso bien nos podría estar sugiriendo que los sumerios provenían de alguna otra parte.

    La lengua sumeria no tuvo parentesco con ninguna otra de su época, no ha habido ningún vocabulario en el mundo que se le pareciera. Era una lengua de tipo aglutinante (como el turco o finlandés), es decir, una palabra consta de una raíz que expresa un concepto y una partícula anexa que le da el significado. También se formaban palabras con dos raíces, por ejemplo: lu=hombre, gal=grande; lugal=hombre grande=rey.

   Con los sumerios apareció lo que llamamos Civilización, con ellos aparecieron los rasgos tanto positivos como negativos de nuestra especie en sociedad. Cerca del año 3.000 A.C también aparecieron otras civilizaciones renombradas como la egipcia, la china o la cultura del Indo.

    Toda la historia de Sumeria está embebida en el misterio, en este artículo trataremos de analizarla haciendo un repaso a sus leyendas y secretos, mostrando coincidencias con las religiones y costumbres actuales, algunos videos y entrevistas, imágenes y demás material que puede servir como evidencia a hipótesis sobre el verdadero origen de la raza humana.

   Nos encontramos unas primeras culturas preurbanas hacia el 7.000 antes de la era común (A.C), que ya tenían artesanía y cerámica. El origen étnico de los sumerios es verdaderamente intrigante pues no corresponde con las tribus semitas que poblaban esas tierras. Las explicaciones más creíbles nos indican que seguramente fueran una evolución de las poblaciones autóctonas, otras teorías hablan que llegaron de la zona del mar Caspio y otros de la India.

    Algunos estudios proponen que los sumerios provenían de la cultura que fundo la ciudad de Mohenjo-Daro. Esta antigua ciudad es considerada capital de la civilización del Indo. De acuerdo a la arqueología oficial, Mohenjo-Daro existió al rededor del 2600, sin embargo, nuevas investigaciones han llegado a los sorprendentes resultados de datación de unos 13.000 años A.C de antigüedad. Parte de las evidencias que apoyan esta hipótesis, son los restos de esqueletos encontrados en las excavaciones en 1960 que datan de 8.000 a 12.000 años A.C, pero lo que más impactó a los estudiosos de este hallazgo fue que los esqueletos estaban radiactivos. Pero de este tema hablamos más en detalle en nuestro artículo las antiguas ruinas de Mohenjo-Daro.

 

 

 

martes, 3 de mayo de 2016

Muchas verdades reveladas pero no entendidas

 
   Existen varios documentos en las Bibliotecas Imperiales de San Petersburgo, que demuestran que en una época tan reciente como la en que la Francmasonería y las Sociedades Secretas de místicos
florecían libremente en Rusia, o sea a fines del último siglo (XIX) y principios del presente (XX), más de un místico ruso se dirigió al Tibet a través de los montes Urales, para adquirir el saber y la
iniciación en las desconocidas criptas del Asia Central; y más de uno volvió después con un tesoro de conocimientos que nunca hubiera podido adquirir en parte alguna, de Europa.
   Todos aquellos fundadores fueron transmisores, no maestros originales. Fueron autores de formas y de interpretaciones nuevas; pero las verdades en que se apoyaban sus enseñanzas, eran tan antiguas como la humanidad. Así escogían y enseñaban a las masas una o más de las muchas verdades reveladas oralmente a la humanidad en un principio, y conservadas y perpetuadas por transmisión personal, hecha de una a otra generación de iniciados en el Adyta de los templos, durante los Misterios —realidades visibles tan sólo para los Sabios y Videntes verdaderos—. Así es como cada nación ha recibido a su vez algunas de las verdades susodichas, bajo el velo de su simbolismo propio, local y especial, el cual, andando el tiempo, desarrolló un culto más o menos filosófico, un Panteón bajo un disfraz mítico.
 
   Por esto Confucio (en la cronología histórica un legislador muy antiguo y un sabio muy moderno en la historia del mundo) es señalado enfáticamente por el Dr. Legge como transmisor, no como autor. Como él mismo decía: "yo únicamente transmito; no puedo crear cosas nuevas. Creo en los antiguos, y por lo tanto, los amo".
 
Fuente: LIBRO "LA DOCTRINA SECRETA". H.P. Blavatski

martes, 22 de marzo de 2016

La Ciencia y la Religión ayer y hoy


   Aquí y allá entre los hombres libres del control de la iglesia hubo un trabajo de mejor suerte. En los siglos XII y XIII Abd Allatif hizo observaciones sobre la historia natural de Egipto que mostró un espíritu verdaderamente científico, y el Emperador Frederick II trató de promover un estudio más fructífero de la naturaleza; pero uno de estos hombres fue aborrecido como un musulmán y el otro como un infiel. Mucho más acorde con el espíritu de la época era el eclesiástico Giraldus Cambrensis, cuyo libro sobre la topografía de Irlanda otorga mucha atención sobre los animales de la isla y rara vez falla para contribuir a una moral adecuada. Por ejemplo, dice que en Irlanda ''las águilas por muchos años parecen enfrentarse a la eternidad; también los santos al despojarse del hombre viejo y ponerse en el nuevo y obtener el fruto bendito de la vida eterna". Una vez más, nos dice: ''las águilas vuelan a menudo tan alto que sus alas son quemadas por el sol; para aquellos que en las sagradas escrituras se esfuerzan por desentrañar los secretos profundos y ocultos de los misterios divinos, más allá de lo permitido, se caen como si se quemaron las alas de su imaginación presuntuosa con que ellos nacen''.
    En uno de los grandes hombres del siglo siguiente apareció un destello de la sana crítica: Albert el grande, en su trabajo sobre los animales disiente de la creencia generalizada de que ciertas aves de primavera se alimentan de la savia de los árboles y también de la teoría de que algunos son generados en el mar de madera en descomposición. Pero se requiere de muchas generaciones para producir efecto, y se encuentra entre las ilustraciones de una edición de Mandeville publicando justo antes de la reforma no sólo cuidadoso de cuentas representaciones de aves y bestias producidas del fruto de los árboles.
   Este empleo general de ciencias naturales para fines piadosos prosiguió después de la reforma. Lutero hizo con frecuencia uso de él, y su ejemplo había sido controlado por sus seguidores. En 1612, Wolfgang Franz, profesor de teología en la Universidad de Lutero, dio al mundo su historia sagrada de los animales, que atravesó muchas ediciones. Contenía una clasificación muy ingeniosa, describiendo '' dragones naturales'' que tienen tres filas de dientes en cada mandíbula, y piadosamente agrega, '' el dragón principal es el diablo ''.

    Cerca del final del mismo siglo, el padre Kircher, gran profesor jesuita en Roma, retiene la corriente escéptica, insiste en la visión ortodoxa y representa a los animales entrando en el Arca, con sirenas y grifos.
   Pero incluso entre los teólogos aquí y allí observamos un espíritu escéptico en ciencias naturales. Temprano en el siglo XVII Eugene Roger publicó su Viaje a Palestina. En cuanto a las declaraciones de las escrituras es profundamente ortodoxo: prefacia su obra con la proyección de un mapa, entre otros puntos importantes mencionados en la historia bíblica el lugar, donde Sansón mató a mil filisteos con la quijada de un asno; la caverna habitada de Adán y Eva tras su expulsión del paraíso; el lugar donde habló el asno de Balaam; el lugar donde Jacob luchó con el ángel; el lugar escarpado que los cerdos poseídos de demonios cayeron en el mar; la posición de la estatua de sal que alguna vez fue la esposa de Lot; el lugar en el mar donde Jonás fue tragado por la ballena y el lugar exacto donde San Pedro pescó ciento y cincuenta y tres peces.

    En cuanto a historia natural, describe y analiza con gran agudeza teológica el basilisco. Nos dice que el animal es de un pie y medio de largo, tiene forma de un cocodrilo y mata a la gente con una sola mirada. El que lo vio fue muerto, afortunadamente para él, puesto que en la época del Papa León IV, dijo, uno apareció en Roma y mató a muchas personas con sólo mirarlos; pero el Papa lo destruyó con sus oraciones y la señal de la Cruz. Nos informa que la Providencia sabiamente y misericordiosamente ha protegido al hombre exigiendo al monstruo a llorar en voz alta dos o tres veces cada vez que sale de su guarida, y que la sabiduría divina en la creación también se demuestra por el hecho de que el monstruo es obligado a mirar a su víctima en el ojo y a una cierta distancia, antes de que su mirada puede penetrar en el cerebro de la víctima y pasar así a su corazón fijo. También da una razón para suponer que la misma misericordia divina ha dispuesto el canto de un gallo para matar al basilisco.
    Sin embargo, incluso en este misionero bueno y crédulo vemos la influencia de Bacon y el amanecer de la ciencia experimental; para después de haber sido contadas muchas historias con respecto a la salamandra, que aseguró, la colocó sobre carbones ardientes, informó que son falsas las leyendas acerca de su poder para vivir en el fuego vivo. También intentó experimentos con el camaleón y encontró que las historias iban a ser recibidas con mucho gusto: mientras que, entonces, bloquea su juicio cuando habla de la letra de la escritura, él utiliza su mente en otras cosas mucho después del método moderno.
 
Fuente: Un libro raro, "Una historia de la guerra entre la Ciencia con la Teología de la Cristiandad. Autor, Andrew Dickson White. Nueva York. 1896.

 

viernes, 18 de marzo de 2016

¿Quién fue el misterioso personaje llamado Enoc? el hombre que se lo llevó Dios "directamente al cielo".



    El primero aparece como primogénito de Caín (quien construyó una ciudad a la que le puso el nombre de Enoc para celebrar su nacimiento); de la versión henrea solo se conservan los fragmentos encontrados entre los manuscritos del Mar Muerto; la versión mejor conservada es la etíope:
   Durante trescientos años, Henoc aprendió todos los secretos (del Cielo y de la Tierra) de los bene Elohim (‘los hijos de los dioses’(?). Él es el nombre de uno o varios dioses ugaríticos (lengua semítica hoy día extinta) que fueron importados a Palestina e introducidos en los textos sagrados hebreos.

    Por ejemplo, en Génesis 1:26 se dice: «Entonces los Elohim dijeron: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, a nuestra semejanza”» y en Génesis 3:22: «Miren, el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros, conociendo lo bueno y lo malo». Durante la descripción de la Torre de Babel (Génesis 11:7), los Elohim dicen: «Ahora pues, descendamos y confundamos sus lenguas». Algunos historiadores bíblicos opinan que el judaísmo fue en un tiempo una religión politeísta, hasta que los sacerdotes del dios Yahvéh ganaron el suficiente poder político y religioso como para declarar que Yahvé era el único dios. Sin embargo, otros escritores opinan que este término sería usado como un plural mayestático (solemnidad, grandeza, admiración) de un solo Dios.

    Los hijos de Elohim eran gigantes que habían bajado a la Tierra porque carecían de compañía femenina. Los dioses Él les enviaron para enseñar a la humanidad la verdad y la justicia. En el Libro de Enoc los hijos de los Elohim son llamados "Vigilantes" y se les menciona como un grupo de ángeles. Fue durante el período de degradación espiritual cuando apareció en escena Enoc. Según la cronología bíblica nació en el año 3.404 a.C. En contraste con sus contemporáneos, este hombre se granjeó la aprobación de Dios. De hecho, el apóstol Pablo lo incluyó entre los adoradores de Jehová “cuya fe es un ejemplo que imitar para los cristianos”. ¿Quién era Enoc? ¿Qué dificultades tuvo que afrontar? ¿Cómo las superó? Y ¿qué nos enseña su integridad? (Biblia Evangélica)

Según el Libro de los Jubileos, texto apócrifo escrito en tono midrásico, probablemente en el siglo II a. C. por un judío fariseo (de la versión hebrea sólo se conservan los fragmentos encontrados entre los manuscritos del Mar Muerto; la versión mejor conservada es la etíope): “Durante trescientos años, Henoc aprendió todos los secretos (del Cielo y de la Tierra) de los bene Elohím (‘los hijos de los Dioses’)”. Etimológicamente “midrásico” significa buscar, investigar, estudiar. El nombre de dios Él es el nombre de uno o varios dioses ugaríticos que fueron importados a Palestina e introducidos en los textos sagrados hebreos.

    Dos ángeles que gozaban de la confianza de los Elohím (‘Señores’), preguntaron: «Señores del Universo, ¿no les advertimos el día de la Creación que el hombre demostraría ser indigno de Vuestro mundo?». Los Elohím replicaron: «Pero si destruimos al hombre, ¿qué será de Nuestro mundo?». Los ángeles contestaron: «Nosotros lo habitaremos». Los Elohím preguntaron: «Pero si descendéis a la Tierra, ¿no pecaréis incluso más que el hombre?». Ellos suplicaron:«¡Déjennos vivir allí durante un tiempo y santificaremos Vuestro nombre!». Elohím le permitió descender, pero enseguida a los ángeles les venció la lujuria por las hijas de Adán y se corrompieron mediante el trato sexual. Henoc dejó constancia no sólo de las instrucciones que recibieron de Elohím, sino también de su posterior caída en desgracia: antes del fin disfrutaban indistintamente con vírgenes, matronas, hombres y bestias. Shemhazai engendró dos hijos monstruosos llamados Hiwa e Hiya, cada uno de los cuales comía diariamente mil camellos, mil caballos y mil bueyes. Y Azael inventó los adornos y cosméticos empleados por las mujeres para pervertir a los hombres. En consecuencia, los Elohím les advirtieron que liberarían las Aguas de Arriba y así destruirían a todos los hombres y todas las bestias. Shemhazai lloró amargamente, pues temía que sus hijos, aunque bastante altos para no ahogarse, murieran de hambre. En aquellos días sólo la virgen Ishtahar permaneció casta. Cuando Shemhazai le hizo proposiciones lascivas, ella se dirigió a los hijos de los Elohím: «¡Préstenme sus alas!». Ellos accedieron y ella voló hasta el Cielo, donde se acogió en el Trono de los Elohím, que la transformó en la constelación Virgo (o según otros, las Pléyades). Al perder sus alas, los ángeles caídos quedaron abandonados en la Tierra durante muchas generaciones hasta que ascendieron por la escalera de Jacob y así regresaron a su lugar de origen.

Fuente: Recopilación del rabí Moshe Hadarshan durante la primera mitad del siglo XI en Narbona (ciudad y comuna francesa de la región de Languedoc).

domingo, 13 de marzo de 2016

La moralidad es una cosa individual: Filosofía indú.


    Al hacer nacer, sucesivamente, las naciones sobre la tierra, Dios da a cada una -una palabra especial- la palabra que debe decir al mundo, la palabra particular que viene de lo Eterno y que cada una debe pronunciar. Echando una ojeada a la historia de las naciones, podemos sentir resonar esta palabra, saliendo de la boca colectiva del pueblo, pronunciada en sus actos, contribución de este pueblo a la humanidad ideal y perfecta. Para el antiguo Egipto, la pa­labra fue Religión; para la Persia, la palabra fue Pureza; para la Caldea, la palabra fue Cien­cia; para la Grecia, fue Belleza; para Roma, Ley; para la India en fin, la mayor de todas, el Eterno da una palabra que resume todas las de­más -la palabra DHARMA.- He aquí lo que la India debe decir al mundo. Pero no podemos pronunciar esta palabra tan significativa, tan grande por la potencia que encierra, sin inclinarnos a los pies de aquel que es la más alta personificación del Dharma que el mundo haya visto jamás.

    Es preciso distinguir la acción -distinguir la acción ilícita- distinguir la inacción. Misterioso es el sendero de la acción” (Bhagavad Gita, IV, 16-17.) Misterioso es el sendero de la acción. Mis­terioso, porque la moralidad no es como creen los espíritus simples, una e invariable para todos, puesto que cambia con el Dharma de cada uno. Lo que para uno es bueno, para otro es malo y viceversa. La moralidad es una cosa individual; depende del Dharma del hom­bre que actúa y no de lo que a veces se llama el bien y el mal absolutos. Nada hay absoluto en un universo sometido a condiciones variables. El bien y el mal son relativos y deben ser juzgados relativamente al individuo y a sus deberes. Por eso el más grande de todos los Maestros ha dicho con respecto al Dharma ­y esto nos guiará en nuestra errante marcha: Más vale el Dharma propio, aun desprovisto de mérito, que el Dharma de otro, aunque se cumpla bien. Vale más la muerte que se encuentra al cumplir el Dharma propio. El Dharma de otro está colmado de peligros (Ibid, III, 35.) Él repite este pensamiento al final de su in­mortal discurso y entonces dice, cambiando los términos de manera de arrojar nueva luz sobre el asunto: Vale más el Dharma propio, aun desprovisto de mérito, que el Dharma de otro bien cumplido. Aquel que se amolda al Karma indicado por su propia naturaleza, no se ex­pone a pecar (Ibid, XVIII, 47),

    ¿En que consiste la perfección de un Uni­verso? Tomemos la idea Universo y pregunté­monos lo que entendemos por esta palabra. Llegamos a definirlo así: es un número inmenso de objetos separados trabajando en conjunto con más o menos armonía. La variedad es la nota “tónica” del universo, e igualmente la unidad es la del No – Manifestado, del No ­Condicional, del Único que no tiene igual. La Diversidad es la “tónica” de lo manifestado y condicional, es el resultado de la voluntad de multiplicar. Cuando un Universo debe comenzar a existir se dice, que la Causa Primera, Eterna, Inconcebible, Imposible de discernir y Sutil, hace radiar su luz hacia fuera en virtud de su propia Voluntad.

     El telescopio presenta a nuestra vista la belleza de miríadas de soles, que se lanzan y gravitan a través de las profundidades del espacio. El microscopio a su vez, descubre a nuestras miradas asombra­das, las bellezas de lo infinitamente pequeño como el telescopio nos revela las de lo infinita­mente grande. Una nueva puerta se abre así para nosotros y nos deja contemplar la Belleza. En torno nuestro hay millones y millones de objetos que todos tienen su belleza. La gracia del animal, la fuerza del hombre, la suave be­lleza de la mujer, los hoyuelos del riente niño, todo esto nos da una idea de lo que es el pensamiento de la Belleza en el espíritu de Ishvara. De esta manera podemos comprender hasta cierto punto como su pensamiento hace nacer el esplendor en miríadas de formas cuando Él habla en belleza al mundo. Será lo mismo para la Fuerza, la Energía, la Armonía, la Música, etc. etc.

Fuente: Annie Besant

sábado, 12 de marzo de 2016

Buda y el Budismo: religión, filosofía y psicología.


   El budismo es la religión, la filosofía, y discutiblemente la psicología, desarrollada a partir de las enseñanzas difundidas en el norte de la India por Siddharta Gautama, conocido como el Buda, alrededor del siglo V A.C.
    Buda no es ni un dios, ni un mesías ni un profeta, y el budismo no postula sobre un creador. Buddha es un título en los antiguos idiomas pali y sánscrito, cuyo significado es "el que ha despertado". En el budismo el término no sólo se usa para referirse al personaje histórico, sino también para referirse a cualquier otra persona que igualmente haya realizado lo que se considera como el descubrimiento personal que él hizo. Las enseñanzas no son vistas por los seguidores como revelaciones divinas ni como dogmas de fe, puesto que existe una dinámica que impulsa a investigarlas e interpretarlas.

  
    El único propósito de estas enseñanzas es la erradicación definitiva de la insatisfacción y el sufrimiento. Su causa, según el budismo, es el anhelo intenso, que a su vez es producto de la ilusión o la ignorancia, entendida como la percepción incorrecta de la auténtica naturaleza de la existencia. Por ello el cese definitivo de esta situación se denomina el despertar. Para guiar el esfuerzo necesario para alcanzar ese nuevo estado, el budismo desarrolla y prescribe prácticas de entrenamiento mental y emocional, la disciplina ética y el estudio.

 

    El budismo es la cuarta religión organizada del mundo por su número de seguidores, la mayoría de ellos en Asia, con unos 380 millones (o unos 700 millones si se incluyera a la heterogénea religión tradicional china). Las principales tendencias del budismo actual se clasifican primeramente en dos grandes grupos o movimientos, el Theravada y el Mahayana. Una adopción de las prácticas del tantrismo hindú en el budismo posibilitaría el surgimiento de lo que en ocasiones se afirma como una tercera corriente, llamada Budismo Tántrico.
    El budismo es reconocido de manera general como una de las grandes religiones del planeta, y afirma una vía de liberación con la que intenta dar una solución espiritual al sufrimiento humano. No obstante, el budismo no es una religión teísta. En Occidente se suele asociar la "religión" con la necesidad en la creencia en una divinidad, y por patrones culturales de este tipo, muy influenciados por las religiones abrahámicas, muchas personas tienden a ver al budismo como una filosofía.

 

    Pero a pesar de que el budismo no postule sobre un dios como última explicación de la realidad en el que creer, y de que realice indagaciones muy elaboradas sobre las características y la naturaleza fundamental del ser humano y de la realidad; el budismo no puede ser considerado solamente una filosofía ya que no es sólo un mero cultivo intelectual sino ante todo espiritual. Así, aunque el Buda rechazó el dogmatismo y la fe ciega, también distanció sus enseñanzas del trabajo de los filósofos al subrayar el valor de la propia experiencia personal directa de estas.
    Sin embargo este debate sobre la naturaleza del budismo sea posiblemente un fenómeno mayoritariamente occidental, y para algunos eruditos budistas orientales, como Walpola Rahula, cualquier tipo de "etiquetado" que le pongamos al budismo carece de importancia real alguna. A partir de finales del siglo XIX el budismo se ha ido conociendo mejor en Occidente, donde desde entonces ha influenciado paulatinamente el pensamiento, el arte y la psicología humanista y existencia.


Fuente:

Amigos de la orden budista occidental (AOBO):